8/10/07

LA FAMILIA Y LA MUJER EN EL TRABAJO

LA FAMILIA Y EL TRABAJO DE LA MUJER. Se esgrime con frecuencia el argumento de que la mujer ademàs del "Angel del Hogar" es la educadora de los hijos en la primera infancia, por lo cuàl sus tareas en el hogar se convierten en incompatibles con una profesiòn. Pero si ser buena Madre consiste, fundamentalmente,en educar bien a los hijos, en formar personas libres y responsables y para ello se requiere una profunda toma de conciencia profesional,tendrà mayor base formativa, enfocarà las relaciones personales desde un punto de vista màs sano y correrà menos el peligro de buscar en el hijo la razòn de su vida, impidièndole, como ocurre a menudo, que se convierta en un ser autònomo y libre. Se argumenta, tambièn, la falta de tiempo para los hijos en aquellas madres que trabajan. Sin embargo hay que tener en cuenta que la educaciòn es importante no tanto por el aspecto cuantitativo como el cualitativo, es decir, que el niño no necesita que su madre estè materialmente con èl todas las horas del dìa,sino que su madre sepa darle aquello que necesita y cuandolo necesita. Cuanto màs preparada està la madre mejor sabrà adivinar este (què) y ese (cuàndo), y si sus actividades la alejan temporalmente de sus pequeños, cuando los vuelva a ver estarà màs contenta y relajada para atenderlos. La estabilidad de las relaciones con los hijos no parecen, pues, verse comprometida por el trabajo profesional de la mujer. Quizàs puedan platearse problemas en relaciòn con el hombre si èste se siente amenzado en su (rol) masculino por la actividad de la mujer. Evidentemente, esto depende en gran parte de la formaciòn recibida, formaciòn que ha experimentado profundos cambios ùltimamente. Si pensamos el problema desde el àngulo de la naciòn, es escalofrìante comprobar como el trabajo de la casa representa un nùmero de horas tres veces superior al conjunto de actividades asalariadas del comercio,de la industria y las profesiones liberales. En un mundo en que todo està cada vez màs planificado, milimetrado y cuantificado, en el que un minuto tiene un valor incalculable, es inconcebible que la mitad de la poblaciòn se dedique meramente a (rellenar) el tiempo vacìo con actividades, la mayor parte de las veces superfluas.

1 comentario:

frame dijo...

Hola me llamo Angelica. Interesante el articulo, quisera saber mas detalles al respecto, linkeenme para estar en contakto.

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